Brian Samuel Epstein nació el 19 de septiembre de 1934 en Liverpool,
Inglaterra. Fue el hijo mayor de Malka (más conocida como Quennie) y
Harry Epstein una familia de judíos comerciantes quienes luego tendrian
otro hijo llamado Clive. Brian tuvo una infancia conflictiva, su familia poseía una tienda de
muebles en Liverpool (donde la familia de Paul McCartney había comprado
un piano).
En 1950 a la edad de 16 años, Brian comienza a trabajar en la tienda de
muebles ubicada en Walton Road. Dos años más tarde es reclutado al
Servicio Nacional pero es despedido luego de 10 meses debido a
incapacidad para este trabajo (Brian cuenta esta historia de hacerse
pasar por un oficial en su biografía "A Cellarful Of Noise" (Un sótano
lleno de ruido). En 1954 se le encarga otra de las sucursales de los negocios de la
familia la mueblería Clarendon ubicada en Hoylake la cual empieza a
darle éxito en lo que a vendedor se refiere. Pero Brian tenia otras metas en su vida por lo que comienza con sus
estudios de actor en la Royal Academy of Dramatic Art (RADA) en Londres,
donde tuvo compañeros a los actores Susannah York y Peter O'Toole, pero
al abandonarlos tras el tercer curso, su padre le dejó a cargo del
departamento musical de la tienda recientemente inaugurada North East
Music Stores (NEMS) en la calle Great Charlotte. Posteriormente una
segunda tienda fue abierta en la calle Whitechapel, y Epstein fue
asignado responsable de dicha operación. El 3 de agosto de 1961 Epstein
comenzó una colaboración regular con una columna musical en la revista
Mersey Beat. Se vanagloriaba de tener la más completa selección de discos de la zona y de poder conseguir a sus clientes cualquier vinilo.
Un sábado de octubre de 1961 un cliente le puso a prueba al pedir un
disco llamado "My Bonnie", interpretado por un grupo que se hacía llamar
The Beatles, del que Epstein jamás había oído hablar.
La versión aceptada mayoritariamente sobre su primer encuentro con el
grupo musical que ayudó a convertir en estrellas, indica que Epstein vio
por primera vez el nombre de The Beatles en el cartel de un concierto, y
pensó que el nombre sonaba "tonto". Cuando después una serie de
clientes comenzaron a preguntar por el single que habían grabado con
Tony Sheridan en Alemania, y no siendo capaz de encontrarlo a través de
ninguna de sus contactos habituales en las compañías discográficas,
decidió ir a preguntarle directamente a la banda. Epstein y su empleado Alistair Taylor acudieron a verles actuar al
abarrotado pub Cavern Club el 9 de noviembre de 1961, que estaba en la
calle a la vuelta de la tienda; su llegada fue manejada por la admisión
VIP e incluso bienvenida a través de los altavoces del local. Epstein
recuerda la actuación del grupo esa noche: "Quedé impresionado de manera
inmediata por su música, su ritmo y su sentido del humor sobre el
escenario. E incluso más tarde cuando los conocí también quedé
impresionado por su carisma personal. Y fue en ese mismo instante en
donde todo comenzó..." (También reconoció a los miembros del grupo como
clientes habituales de la tienda, donde pasaban el tiempo entre los
espectáculos hojeando discos).
En una reunión el 10 de diciembre de 1961 se decidió que Epstein se
convirtiera en el manager de la banda, y los miembros firmaron un
contrato de cinco años con él en casa de Pete Best el 24 de enero de
1962. Epstein nunca firmó el contrato, dando así la opción a los Beatles
de romper la relación en cualquier momento. Así mismo, contactó a su
manager anterior, Allan Williams, para confirmar que no le quedaba
ningún vínculo con ellos. Williams lo confirmó, pero también advirtió a
Epstein de "no manejarles con un remo de lancha". Aunque hasta entonces no se le conocía por decisiones y tratos de
negocio especialmente exitosos, Epstein se convirtió en una de las
principales fuerzas detrás de la promoción y éxito inicial del grupo.
Cuando Epstein se hizo cargo de la banda, sus componentes llevaban
vaqueras y chaquetas de cuero, y sus actuaciones eran básicamente
desordenados conciertos de Rock and roll. El les convenció para que
llevaran traje sobre el escenario y para que suavizaran sus actuaciones.
También les pidió que no fumaran ni comieran sobre el escenario, y les
alentó para que ejecutaran su famosa inclinación sincronizada al
finalizar sus conciertos. Aunque estos cambios no duraron demasiado, la
imagen limpia y decente que proyectaba el grupo (con la única salvedad
de sus peinados tipo "casco") ayudó de manera determinante en la
aceptación de la banda por parte del público. "Quedé fascinado con ellos", confesó Epstein. Pocas semanas después de
su primer encuentro, Epstein se convirtió en el manager de The Beatles.
Tras ser rechazados por todas y cada una de las principales
discográficas de Inglaterra, Epstein finalmente consiguió que la banda
firmara por el pequeño sello Parlophone de la discográfica EMI. Epstein
acudió a la tienda local HMV para transferir una cinta demo de The
Beatles a vinilo. A un técnico de HMV, Jim Foy, le gustó la grabación y
remitió a Epstein con George Martin, productor en la Parlophone. Martin
accedió a conocer el grupo y planificó una audición. The Beatles grabaron en septiembre de 1962 su primer disco con EMI:
"Love me do/P.S. I love you". Fue el comienzo de una serie irrepetible
de éxitos. Algunas fuentes atribuyen el interés de Epstein por The Beatles, a
sentimientos de éste por John Lennon, pero Lennon posteriormente
desmintió este punto.
En octubre de 1964, la autobiografía de Epstein, "A Cellarful of
Noise", fue publicada, coescrita con quien posteriormente seria
publicista de The Beatles, el periodista Derek Taylor. Además de The Beatles, Epstein también manejó los destinos de otros
artistas como, Gerry & The Pacemakers, Billy J. Kramer & The
Dakotas, The Fourmost y Cilla Black. Brian aparecería en muchos programas de la televisión inglesa y era
presentador en los segmentos del programa de la televsión norteaméricana
Hullabaloo.
Durante el período que Brian dirigió a The Beatles, ellos lograron un
rotundo éxito que otros artistas no lograron alcanzar. Su trayectoria
fue meteórica. No hubo un solo reverso durante sus 5 años y 7 meses de
dirección del grupo. Una vez que fallece The Beatles entran en una serie
de conflictos, peleas por dinero y celos personales. Habían perdido a
la persona que los mantenia unidos y que era capaz de resolver sus
diferencias. Epstein murió el 27 de agosto de 1967, el fin de semana en el que The
Beatles conocieron en Gales al Maharishi Mahesh Yogi. Su muerte fue
oficialmente dictaminada como accidental, causada por una intoxicación
gradual con barbitúricos (se hallaron Carbitral o Seconal en su cuerpo,
posiblemente mezclados con alcohol). Han existido alguno rumores
infundados que afirmaban que Epstein cometió suicidio, pero los más
cercanos a él, siempre han enfatizado que Epstein no era del tipo de
persona capaz de cometer un acto así. Además, su amada madre, Queenie
Epstein, acababa de enviudar, lo cual ayuda en la teoría que Brian nunca
habría inflingido voluntariamente a su madre este daño adicional tan
cerca en el tiempo a la muerte de su marido.
Para entonces el protagonismo de Epstein disminuyó cuando The Beatles
dejaron de actuar en directo en agosto de 1966, pero su muerte, ocurrida
dos meses después de la publicación del "Sgt.Pepper`s", simplemente
dejó al grupo sin timón. Epstein gestionó todos y cada uno de los aspectos de la carrera de The
Beatles, incluso ayudó a fundar la compañía que posteriormente se
convertiría en la infame Apple Corps. Tras su muerte, las cosas
cambiaron a simple vista, y los asuntos de negocios de la banda
empezaron a desmoronarse. John Lennon resumió el impacto de la muerte
unos años más tarde en una entrevista para Rolling Stone: "Cuando Brian
murió, supe que ahí se acababa todo. Supe que lo habíamos tenido...".
Sin Epstein simplemente The Beatles no fueron los mismos el que veia
por ellos y arreglaba sus problemas financieros y personales.
En alguna entrevista a George Martin habla sobre Brian Epstein y dice
que el no hubiera soportado que sus muchachos se hubieran separado.
Martin mantuvo la amistad con todos ellos luego de separado el grupo y
realmente nunca sabremos que hubiera ocurrido si Epstein hubiera seguido
al frente como manager de Los Beatles.
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